Para empezar a diseñar la mejor versión de mi misma, debo confesar-me- en estas líneas, qué desmerezco y qu é no me ha resultado en amor, en alegrías, en creatividad como lo había soñado. Le preguntaba a los Seres de Luz cómo me reinvento, qué líneas escribo para crear o recrearme. Ellos comenzaron a hablarme, como siempre muy bajito, tanto que mis oídos no lograban escuchar. En unos instantes mi mente comenzó a ver imágenes de acciones realizadas por mi, en un pretèrito cercano, en donde veo con asombro que he reescrito las mismas viciadas líneas de siempre. Di mi grito de inconformidad, de arrepentimiento, de dolor, de pena, y animándome a preguntar a los Maestros, qué hago ante tanto vicio, ante mi propio desastre, Jesús sale al frente y me dice: “ no pones vino nuevo en odres viejos”. Otro me indica “esa es tu naturaleza?” Un tercero me exhibe cual cartel “ la mente eres tù?”… Y una voz desde lo profundo del Universo retumba diciendo “ Q...