Fue hace mucho tiempo, un hombre alegre esperaba cosechar una gran piscina de camarones. El día llegó. Había hecho todo lo necesario para hacerlos crecer. Era un buen cultivo. Todo fue preparado. Se esperaba unas 5.000 libras. Todo se puso en marcha la noche anterior. Cosechar camarones es una gran faena. Para colmo llovió. El campamento se llenó de lodo. Todo se mojó y aún así había que continuar. Llegó el momento esperado y al alzar las redes los camarones habían desaparecido. Se cosechó apenas unas 500 libras, quizás unas 800…. Ya no lo recuerdo .   Todo se había perdido. Todo. Perdón, lo siento, gracias, te amo///… Universo, qué ocurrió? 10 años después, se vuelve a perder todo otra vez… Hoy sé no es mala suerte, ni karma, ni mala vibra… Hubo un bien mayor, hubo entrega, hubo pasión, hubo ambición, hubo criterio, hubo inclusión… ¿QUÉ FALTÓ? Una voz desde lo profundo me dice, SOLO FUE MIEDO. FALTÓ AMOR DESDE EL AMOR, DESDE LA ABUNDANCIA. Miedo…  asombroso!!!  Se construyó desde

  La magia que desprendes se ve empañada por la tormenta que se manifiesta.  BiBi se presenta ante mi con el rostro desencajado, llena de desconcierto, a punto de derramar su dolor, su drama...  Qué tienes mi niña? - Le pregunto. Y mi memoria viaja a un pasado remoto donde los deseos, afirmaciones y actitudes de la madre o el padre cuentan un mundo porque va formando recuerdos que en el trayecto del crecimiento van siendo un referente del ser como algo irremediable e inmutable, aunque no sea cierto. Y como inevitable es que se aniden en el frágil cuerpecito del infante en forma de reacciones -respuestas a estímulos que padre/madre enfrentan. A esas reacciones les hemos llamado emociones. Emociones básicas, subvaloradas, echas a un lado, como si no fueran parte del ser. L@s niñ@s no saben lo que son. Las viven avasallantes,  indómitas, incomprendibles...  - Es que me mordió!!! grita un primo.  - Es mordelona, dice otro Y BiBi, llora delante del padre que trata de justificar su reacción